¿Qué Hizo Débil al Estado Venezolano? (La Sociedad Petrolera antes de Chávez).

Publié le par Daniel Castro Aniyar

El Estado no es un objeto exterior a las relaciones de la sociedad, como a veces puede producirse de la ilusión de un gobierno “fuerte”, sino que es tributario de fuerzas de interdependencia en el seno de su sociedad, que le permiten existir histórica, estable y legítimamente. El Estado no es más que una relación social.


Por tanto la disolución progresiva de los tejidos sociales que proveyeron, aunque lentamente, condiciones de interdependencia social, económica y política del Estado, se revierte en su desaparición.


Como es sabido, para el caso venezolano, es el Estado quien tiene en sus manos todas las decisiones que se toman tanto sobre el petróleo como de los recursos que de la actividad petrolera se deriven. Es el Estado quien funge en una primera etapa como concesionista entre la producción y el mercado, en una segunda etapa, como co-actor productivo y, luego de la nacionalización, como único actor productivo. De forma que todo el subsistema político y económico se ha centrado progresivamente en el poder que se deriva de la capacidad de la sociedad política venezolana en administrar el recurso.

 

Parece haber un consenso en el hecho de que el monoproducto establece normas de juego y de crecimiento de condiciones productivas desiguales, asociables con élites productivas y otras formas de estructuras de poder verticales, autocontenidas y relativamente aisladas cultural, familiar, económica y hasta jurídicamente del resto de la sociedad. Incluso hay algún consenso en que la posesión de importantes recursos naturales tiene una relación negativa con el crecimiento. Esto se debe a que la concentración de poder político y económico tiende a sustituir, por la vía de la acción política deliberada, como por la vía de un subsistema económico prolongadamente dependiente al sector externo, las formas de poder político, económico y social que se producen naturalmente en la sociedad.

 

Historiadores como Carrera Damas indicaron, para la Venezuela postcolonial, que la ausencia de un centro, “de una red significativa de flujos de bienes y personas que interconectase las provincias, y al amparo de factores geográficos de aislamiento”, condujo a una estructura de poder débil, y una estructura social dislocada “por el desbordamiento de los conflictos sociales con las clases dominadas” (Carrera Damas, 1986:16). La idea de nación liberal apenas pudo sustituir por más de un siglo, las ideas de un Rey y la religión como recurso de cohesión hegemónica, sobre una estructura económica disgregada.

 

El período gomecista y postgomecista estuvo signado por la aparición de nuevos tejidos sociales de tipo productivo, en parte porque el producto petrolero empezó a modernizar el país a través de la educación y el mismo beneficio económico. Se contó con un primitivo equilibrio entre nuevas fuerzas económicas, nuevas inmigraciones, y un desplazamiento de las potencialidades propias de la Venezuela rural a la capitalista, con una respuesta productiva privada que, si bien no despuntaba con todas sus fuerzas hacia el desarrollo, parecía estar respondiendo relativamente ante los requerimientos de la demanda interna. Ver el gráfico, son porcentajes del tejido productivo en el PIB, casi todos positivos.

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Sin embargo, también ingresó en el discurso político la idea de que un Estado ambiguo que no termine de socializar los beneficios de un Estado rico, debe ser intervenido por un movimiento aún más “radical”, que acelere las condiciones de la democratización social.

 

Durante el perezjimenismo los sectores económicos no petroleros no despuntaban por su cuenta impulsados por la renta, como se esperaba de la Siembra Petrolera, pero tampoco fue posible decir que la renta erosionaba el aparato productivo, sustituyéndolo por importaciones, como luego sucedió con la Enfermedad Holandesa.

 

Con la Democracia, la renta petrolera tuvo un destino diferente. Betancourt había denunciado la ausencia de tejidos productivos valientes. Sin embargo, en su lugar, promueve pactos políticos para garantizar la gobernabilidad del aparato, con el argumento de que la dictadura, o bien una revolución socialista, pueden acabar con la institucionalidad alcanzada. Esto no hizo que los sectores productivos se hicieran más valientes, solo que se pusieran al servicio del pacto de gobernabilidad.


Con esta experiencia Betancourt inaugura el pactismo en Venezuela.


El problema del escenarismo pactista, no es solamente que excluyó a sectores políticos adversos al plan de gobernabilidad, sino que el pacto fue vendido como un sucedáneo de realidad, para terminar funcionando como puente casi exclusivo para la obtención de créditos, legislaciones, prestigios académicos, políticos, proyección profesional, construcción de tuberías en los barrios, carreteras, acometidas eléctricas, licitaciones, importaciones, condonación de deudas…. El gobierno financió, con dineros del petróleo, un escenario que monopolizaba, en un solo tablero, las prácticas políticas, sociales y económicas de toda la sociedad.


Los gobiernos subsiguientes repetirían las estrategias pactistas durante 42 años, todas subvariantes de Pacto de Punto Fijo, macro-pacto de la política venezolana de entonces: de algún modo en “La Pacificación” del primer gobierno de Caldera, en el primer gobierno de Carlos Andrés Pérez se llamaría “La Gran Venezuela”, en el gobierno de Jaime Lusinchi “El Pacto Social”, durante el segundo gobierno de Pérez “La Concertación” y durante el segundo gobierno de Caldera “La Convergencia”.

En octubre de 1973 estalla la guerra del Yom Kipur y en Febrero del 74, cuando Carlos Andrés Pérez llega a la presidencia de Venezuela,  los precios del barril petrolero habían ascendido de 3 a 10 dólares, como consecuencia del recorte productivo impulsado por los países árabes de la OPEP en contra del apoyo estadounidense a Israel.

Esto produjo que al sistema económico se le inyectaron más recursos de origen externo de los que puede absorber productivamente, lo que presionó sobre los precios por insuficiencia de oferta interna para satisfacer la inflada demanda monetaria. Las divisas acumuladas son entonces utilizadas para aliviar la presión inflacionaria con importaciones, preferiblemente de bienes y servicios finales, contribuyendo con ello a descapitalizar al país. Ver el gráfico: lo que parecía un relativo equilibrio se dispara en 1973.

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Durante el boom petrolero que duró de 1973 a 1983 la renta petrolera excedió largamente la habilidad del país en absorber capital. La “fortaleza” del gobierno pronto se convirtió en debilidad estructural del Estado. Luego con la devaluación del bolívar del llamado “Viernes Negro”, el 28 de Febrero de 1983, la capacidad distributiva del aparato de gobierno declinó definitivamente. 

 

Sobre este modelo se instaló un sistema de depredación de los ingentes recursos económicos por encima de la posibilidad de regenerarlos. De tal modo que el bienestar producido en la sociedad también respondería a esta mecánica y, una vez agotado el modelo (por una simple caída de los precios petroleros, por ejemplo), se desplomaron todos los otros cimientos sociales, como lúcidamente ocurrió en 1989 (masacre de febrero), 1994 (intento de golpe de Estado) y a partir de 1998 (victoria electoral de Chávez).


Económicamente, el gobierno compraba la ilusión de fortaleza política, cuando realmente se estaban empobreciendo los tejidos del emprendimiento social y económico, tanto por los problemas de absorción de divisas que experimentaba el país (creando sectores sociales económicamente más dependientes), como por la depredación que hacía el pactismo de sus espacios políticos y sociales naturales de desarrollo.


Políticamente, el modelo de pactos e importaciones que había mostrado mantener ilusoriamente la estabilidad política del subsistema, se prolongó esta vez, para seguir manteniendo la ilusión sobre la creciente crisis social. Este proceso aceleró la depredación de los tejidos producidos por los emprendimientos sociales y económicos del país, los empobreció a una velocidad aún mayor, y los marginalizó de manera peligrosa del ámbito de acción del Estado.


El sistema de pactos hacía imposible la existencia de tejidos sociales y económicos sanos, pues estaban siempre amenazados por el poder fundamentalmente financiero del escenario político dominante.


Ver el gráfico:

a. La crisis se lleva las reservas del 81 al 82.

 b. En el 83 es el Viernes Negro, se devalúa la moneda y se ganan para el país algunas reservas.

 c. El "Pacto Social" de Lusinchi va del 84 al 88, y el gobierno se dilapida todas las reservas casi al punto antes de la devaluación.


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El Estado venezolano, entendido, ahora sí, relacionalmente, había fracasado y se preparaba a una transformación de sus fundamentos políticos y civilizatorios.


Los mismos tejidos invisibles para los operadores del gobierno, cuya disolución a su vez debilitó y aniquiló el Estado que constituían, estaban regenerando nuevas formas políticas a través de la nueva república y la Constitución Bolivariana.


Hoy el escenarismo (dar el escenario como si fuera la realidad, como sucede con la polarización) y una economía centrada en las importaciones son solo la evidencia de procesos estructurales que continúan con todo su vigor durante la construcción del socialismo bolivariano. 


¿Qué podemos aprender?


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P
<br /> Aprendemos que cuentas claras conservan amistad y reeligen gobierno.<br /> <br /> "Oficialmente entre 1988 y 1998 la inversión social fue de 69.732 mill. $, un 36,6% de los ingresos fiscales, que se ubicaron en 190.504 mill. $. Entre 1999 y 2009 la inversión social fue de<br /> 330.582 mill. $ y un 60,6% de ingresos fiscales alcanzaron los 545.741 mill $."<br /> <br /> <br />
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D
<br /> <br /> A ver... ahora (del 2010 al 2011) el Gasto público ascenderá en más del 40%. Dentro del cual el gasto social volverá a ser muy alto. Más dinero para la población, en forma de misiones, empresas<br /> compradas, expropiadas y recuperadas... produce más votos. Pero no produce mayor independencia, ni una economía más fuerte.<br /> <br /> <br /> Somos más ricos, pero aun no más fuertes.<br /> <br /> <br /> La avalancha de dinero es demasiado, para el logro político-electoral que se obtiene. ¿Puedes leer el artículo, del mismo blog, sobre "Para medir el Socialismo en Venezuela"? y me comentas.<br /> <br /> <br /> <br />
L
<br /> Qué ha pasado con la creación de la Universidad de los Hidrocarburos?<br /> <br /> <br />
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D
<br /> <br /> Buena pregunta. La Otra es... nos enseñará a producir más, vender mejor e ingresar más, o administrar mejor lo que tenemos?<br /> <br /> <br /> <br />
T
<br /> Ni el Estado, ni Chávez ni el pueblo… A pdvsa la conforman apróx. 25 filiales. Y casi 30 proyectos en marcha (ver informe PDVSA 2008)<br /> <br /> <br />
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D
<br /> <br /> Ajá. Y si lees el del 2010 te soprendería cómo ha crecido la empresa.<br /> <br /> <br /> <br />
G
<br /> `PACTO´=`PALANCA´<br /> <br /> <br />
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D
<br /> <br /> :-)<br /> <br /> <br /> <br />
D
<br /> Yo creo que el pueblo venezolano conoce más de agricultura, pesca, ganaderia ...<br /> <br /> <br />
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D
<br /> <br /> Si te fijas en el último gráfico verás que, en términos de dinero, la agricultura, la pesca, la ganadería es el cotidano de los venezolanos (mucho más el comercio, el funcionariato, la banca...).<br /> Pero ese es un país de mentira, el gran país sobre nosotros es un país de pocos, el país del mercado petrolero. Es país domina el otro, en el que vivimos cotidianamente. Hay que ponerlo... al<br /> revés.<br /> <br /> <br /> <br />